Oscar Mulero

Madrid, mediados de los 80, la capital española vive una verdadera explosión musical no conocida hasta entonces. En medio de toda esta vorágine un adolescente desconocido entra en una tienda de discos para invertir sus ahorros en un álbum, Standing on a beach de The Cure. Ni él mismo sabía que este iba a ser el primer peldaño de una larga y costosa escalera que le llevaría a ser uno de los dj's imprescindibles de este país.
Esta afición por los discos para consumo propio continuó ampliándose con referencias de Joy Division,The Smiths, Sisters of Mercy, Fields of the Nephilim y toda la Dark wave y el rock gótico. La electrónica llegó más tarde, cuando asiste como público a uno de los momentos históricos de la electrónica madrileña, las míticas noches EBM en la discoteca OH Madrid. Hablamos de 1989 y una arriesgada promotora decide traer a la capital a la flor y nata del Body Music Europeo, en unos pocos meses pasan por el escenario de esta discoteca: Front 242, Cassandra Complex, Nitzer Ebb o A Split Second. Muchos de los asistentes a estas noches se engancharon definitivamente a la electrónica más dura y Óscar fue uno de ellos. La colección crece y ya no es suficiente escuchar los discos en solitario una y otra vez, rápidamente surge la necesidad de compartir esa música con los demás, el virus del dj ataca el sistema nervioso de Óscar, casi sin percibirlo se perfila la vocación y pronto llega la primera oportunidad: Un amigo que pincha en un pequeño club se pone enfermo y le llama para sustituirle.
Primer contacto con la profesión, y desde abajo, sin atajos, recorre su camino paso a paso, con decisión, creyendo firmemente en cada movimiento que hace, poniendo toda su pasión en la música, sin más. No pasará mucho tiempo hasta que se haga un habitual en las cabinas de los clubes más underground de Madrid, que acogen estupendamente su discurso musical oscuro y cortante, alimentado por lo mejor de la electrónica europea de baile y lo más selecto de la new wave y el rock más arriesgado. Así terminan los 80 y se inicia una década que será vital para el desarrollo de Óscar Mulero como dj, lo mejor está por llegar y la primera piedra se llama New World. La noche madrileña se electriza, clubes como Attica, Saratoga, Voltereta, Nacional 3 o De Nombre Público apuestan por la música europea más underground y por los dj's que mezclaban. En ese pequeño embrión del techno New World jugó un papel fundamental, y sus dj's (Óscar, Yke y Yury) fueron parte muy importante en este hecho. New World sonaba atronadoramente, metálico, con precisión, la cabina estaba en medio de la sala y el contacto con el público era total. La música que se programaba era abierta, sin límite, tan pronto podía sonar The Cult como Front 242 o el disco más underground del new beat belga o el trance alemán. Los asiduos al club reciben este mensaje musical con verdadera pasión y rápidamente se convierten en incondicionales. El boca a boca empieza su trabajo...
El éxito de las sesiones en New World va en aumento y Óscar entra en el estudio por primera vez para colaborar en la creación del disco oficial del club, Nuclear Zone, una aproximación a distancia, más como consejero sónico que como productor real. El disco sale a la venta en 1993 y supone un éxito bastante notable para la época, llegando a incluirse en diversos recopilatorios de ámbito nacional. Visto en perspectiva es un trabajo muy acorde con el estilo que imperaba en los primeros 90 y con el tiempo ha llegado a convertirse en un objeto de culto en Ebay.
Como todo en la vida, la experiencia New World tiene un final, el dueño del local decide venderlo y la época mítica de la plaza de los cubos firma su requiem. Lejos de ser el final de algo, supone el comienzo de algo aún más grande. Nace The Omen, para algunos, el club total, formado por un equipo de lujo en todos los aspectos. En The Omen, cada aspecto estaba tratado con minuciosidad, los dj's seleccionaban la música usando todo el abanico de estilos a su alcance, desde los ralentizados y líquidos comienzos de sesión hasta los finales más apoteósicos y memorables. La sesión del club estaba concebida como una película, siempre diferente, siempre móvil, con la misma atención en el principio, nudo y desenlace. Junto con la música los visuales y las proyecciones aportaban algo totalmente nuevo en las noches de la capital, nadie había visto hasta entonces en la misma cabina tres platos y un ordenador. La conjunción de dj's y light jockey proporcionaba una experiencia audiovisual total. En cuanto a la imagen gráfica, los flyers del Omen eran verdaderas obras de arte, creadas al detalle, experimentando con las tipografías, formatos y materiales más futuristas, creando imagen de marca y marcando escuela. Como dato curioso, en la info se daba igual importancia a los dj's, a los light jockeys y a los relaciones públicas, llevando el espíritu de equipo hasta cada rincón del club.
Durante esta etapa, Óscar marca definitivamente su concepto de sesión y su estilo de mezcla constructivista, en la que los discos pierden importancia en si mismos para convertirse en herramientas de construcción de algo mucho más grande en forma de sesión. Musicalmente, los sonidos cósmicos de etiquetas europeas como Harthouse o Eye Q se mezclan con las sonoridades más ásperas y abstractas de influencia detroitiana o británica, los primeros UR, los primeros Tresor o los primeros Soma, añadido al mejor ambient e IDM para la apertura , con todo el catálogo de de Warp y sus series Artificial Intelligence como paleta sonora, además de música de sellos tan arriesgados como Apollo Records ( subdivisión downtempo del mítico sello belga R&S) o la electrónica planeadora de Fax Records. El éxito del Omen lo convierte rápidamente en atracción turística, con clubbers de todo el país viajando a Madrid cada fin de semana para disfrutar de las sesiones. Esto conlleva un cambio en la carrera de Óscar, su peso como residente va mutando a dj viajero, comienza a salir regularmente para expandir el sonido Omen por toda la península, primero en el norte y progresivamente en los cuatro puntos cardinales. La íntima relación de Óscar con las carreteras y los aeropuertos toma forma...
Pero desgraciadamente, el Omen también tiene un final, no deseado por nadie, en plena explosión mediática de las drogas de diseño y los fines de semana interminables, como una víctima más de una información sesgada y desconocedora de los valores musicales de lo que ahora llamamos techno. A partir de este momento, Óscar Mulero no será residente permanente nunca más, Las constantes peticiones de promotores , tanto en nuestro país como en el resto de Europa, le implicaran en un constante tour de fin de semana que no parará ni un momento durante toda su carrera.
En sus primeros escarceos europeos tiene la oportunidad de compartir cabina y entrar en contacto directo con lo mejor del techno mundial: Jeff Mills, Laurent Garnier, Derrick may ... Óscar aprende y sintetiza en su grabadora mental nuevas técnicas, nuevos sonidos y los suma a su ya extenso bagaje, ni siquiera él es consciente, pero está creando algo inusual, un dj total total que sabe tanto enseñar como aprender, que no se estanca y que ve su carrera como una constante evolución, cerrando etapas y buscando nuevas metas.
Llega 1996 y con él la tercera edición de Sónar, un festival que por entonces ya se ha consolidado como uno de los más importantes del mundo. Por primera vez el nombre de Óscar Mulero aparece entre la lista de convocados nacionales, junto a otros compañeros de generación como The Frogmen, Hd Substance o Resonic. Sonar 96 sirve como confirmación oficial de toda una escena hasta entonces en estado embrionario, por primera vez es tomada en cuenta como algo serio, como el germen de algo sólido. En esta edición Óscar mide sus fuerzas con figuras de la talla de Richie Hawtin, Garnier o Mills y no sale perdiendo. Fuera de nuestro país se comienza a hablar de su técnica y selección musical únicas. Objetivo cumplido y una etapa más cerrada.
Pero hay vida después de Sónar y este espaldarazo de nivel le proporciona aun más trabajo, más viajes, más grandes festivales, como el Members of Mayday, hasta derivar en 1998 en su primer cd de sesión (y uno de los primeros editados en nuestro país) About Discipline and education, editado en la discográfica catalana So Dens, por entonces muy vinculada a los organizadores de Sonar. Para la época, la selección musical era totalmente avanzada y arriesgada, con lo mejor del sonido seco e industrioso de Birmingham de la mano de Regis o Surgeon y lo mejor del sonido de USA representado por Jeff Mills o Joey Beltram. El Cd es un éxito absoluto de ventas, siendo uno de los cd's de música electrónica más vendidos de la historia de nuestro país. Si el nombre de Óscar Mulero ya era conocido por el underground y los clubbers más fieles, pasa ahora a ocupar las portadas de los medios especializados y generalistas, gracias él la figura del dj es tomada en serio en medios que hasta ahora solo lo veían como uno más de los trabajadores de un noche. Como tantas otras veces, abriendo puertas y marcando caminos.
Pero no se conforma aún, a objetivo cumplido objetivo puesto, music non stop. Aún no se siente completo, la idea de producir su propia música le quita el sueño, el salto no va a ser fácil, pero aún así decide darlo, como siempre sin buscar atajos, desde abajo, desde el principio. El objetivo está claro, si quieres trabajar en esto de formar profesional, recorrer el mundo y darte a conocer más allá de tus fronteras no te puedes quedar quieto, necesitas editar tu propia música, necesitas que los dj's que admiras pongan tus discos, que el mundo se entere de lo que se está perdiendo. Manos a la obra, ya no sólo hay que estar al tanto de las últimas novedades musicales, ahora hay nuevas tareas, hay que conseguir el material de estudio necesario para hacer realidad la música que tienes en la cabeza. Pero las máquinas no suenan solas, el proceso de aprendizaje es duro y a veces frustrante, hay que pasar muchas horas en blanco hasta sacar del equipo algo que se ajuste medianamente a los que tienes en el cerebro.
Y una vez superado este primer escollo hay que tener el tiempo y la poca vergüenza necesarios para presentarlo en público en forma de demo, aceptar todo tipo de opiniones y tener el sentido del aprendizaje muy desarrollado para constantemente aportar algo nuevo. Si has hecho bien todo esto tendrás una recompensa en forma de disco, y si éste funciona, doble recompensa. No todos los dj's son buenos productores y viceversa.Óscar ha trabajado muy duro para equiparar su nivel como DJ con el de animal de estudio.
Su primer trabajo lo edita en 1999, junto a un productor madrileño experimentado, Groof, ambos forman el dúo Quite Unusual en el sello del propio Groof, Brainwaves con apoyo unánime de crítica y ventas. El bautismo de fuego da resultado satisfactorio y le proporciona el suficiente arrojo para lanzarse de lleno a su carrera en solitario. Ese momento llega en el año 2000, en el sello francés Kobayashi. Primer partido fuera de casa y primera victoria. El siguiente paso está bien claro, no se puede depender de los demás para editar tu música, hay que crear un sello.
Dicho y hecho, en el mismo 2000 nace Warm Up y un par de años después su vástago Pole. A partir de este momento todos los esfuerzos se concentran en editar su propio material ya sea en casa o jugando fuera en los mejores sellos del planeta techno, como CODA, Pure Plastic, Tresor, Sheep, Tsunami, o Main Out, entre otros..Esto le sitúa definitivamente en el mapa mundial del techno editando nueve maxis entre 2000 y 2002. No esta mal. Trabajo de fondo, gimnasio, entrenamiento, llámalo como quieras, ahora hace falta un Hit, uno de esos temas mágicos que nunca sabes cuando vas a componer, que muchos no llegan a componer nunca, que solo sale cuando las coordenadas se juntan con precisión.
El momento llega cuando Ben Sims pide una demo a Óscar para su sello Theory, uno de los más potentes del panorama en aquel momento, tras un lento y costoso ir y venir de masters y demos entre Madrid y Londres y horas y horas de trabajo de estudio, Anaconda es editado a finales del 2002, esto supone su primer hit internacional que le coloca definitivamente en el all star de los productores techno mundiales, el disco es pinchado y charteado por los dj's más respetables del globo y como consecuencia directa la carrera de Óscar Mulero se dispara de forma exponencial. Fichando por la prestigiosa agencia alemana de booking Dynamix, compartiendo roster con lo mejor del hard techno. El pasaporte se colapsa de sellos de aeropuertos de los cincos continentes y sus maletas visitan desde entonces los mejores clubes y festivales de América del sur, Europa o Asia. Para la mayoría de los mortales ya hay suficiente con esto, para Óscar Mulero no.
Para completar su doctorado le falta un álbum, un trabajo de concepto. Nuevo reto, nada fácil. En 2003 se pone de nuevo el mono de trabajo, se encierra en el estudio con su paquete de tabaco y los víveres necesarios y publica en el sello Pure Plastic, bajo el alias Trolley Route, A Occhi Chiusi, un álbum de electrónica total mental y bailable al tiempo, Con este álbum se cierra un ciclo y su madurez como productor queda fuera de toda duda. Desde entonces y hasta hoy su labor como francotirador ha continuado, tanto como productor como remixer en los sellos imprescindibles del techno mundial y continuando con múltiples sus actuaciones sin descanso por todo el planeta electrónico.
Una carrera sin manchas, sin giros, repleta de trabajo y dedicación, con el mismo amor por la música que a mediados de los 80 le hizo comprarse su primer vinilo y sin perder nunca la ilusión, una ilusión que le depara un futuro lleno de nuevos proyectos y expectativas, como la edición de su segundo álbum como Trolley Route, La creación de la nueva plataforma Zero Oscillator Parties junto a Dj Muerto, en las que da rienda suelta a su pasión por todos los estilos de la música electrónica, aunando tradición y futuro. En definitiva, un artista completo sin el que no se puede entender la historia de la música de baile en nuestro país.
Y a lo que se puso el madrileño últimamente en su estudio, es lo que como resultado tuvo el primer albúm largo de Oscar Mulero como tal (segundo si queréis), Grey Fades To Green.
Se trata de un doble cd o de un pack de 4 vinilos, divididos en dos partes, The Grey y The Green y como no podía ser de otra manera, vió la luz a través del propio sello de Mulero, Warm Up.
Part I - The Grey
1. Under The Street Lights
2. Taken To The Wrong Way
3. Same Shoes Different Streets
4. Seleccion Natural
5. Road To Pleasure
6. 46 (re-work)
7. Repeater

Part II - The Green
1. Letters From Madrid
2. Dreams Of Happiness
3. After All
4. The Darker Days
5. Last Regrets
6. Grey Fades To Green
7. Silent Air

Ya puedes escuchar el disco completo en: www.musikaze.com/oscarmulero